El día de hoy, la Corte Suprema de California dictaminó por unanimidad que “una agresión sexual que deja a una víctima embarazada puede ser castigada con más severidad que una que no resultó en un embarazo”.

El tribunal falló en el caso de Gary W. Cross, quien tuvo relaciones sexuales repetidas veces con su hijastra de 13 años mientras su madre trabajaba. La adolescente quedó embarazada y Cross hizo los arreglos para que abortara. Debido a que tenía 22 semanas de embarazo, tuvo que someterse a un aborto quirúrgico.
El tribunal confirmó la conclusión del jurado de que el embarazo equivalía a “lesiones corporales graves”, sometiendo a Cross a una sentencia más dura. Pero el tribunal dijo que el aborto no satisfizo la prueba legal para tal lesión porque Cross no lo realizó personalmente.

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