Por lo general, cuando pienso en los esfuerzos de prevención de la violencia sexual para estudiantes universitarios, pienso en la educación basada en la escuela y los intentos de cambiar la cultura universitaria. Normalmente no considero el papel de los padres. Un estudio reciente publicado en Ciencia Preventiva examina una intervención basada en los padres para prevenir la victimización sexual de mujeres universitarias. La lógica del programa es que al hacer que las madres hablen con sus hijas sobre la reducción del consumo excesivo de alcohol, se reducirá el consumo excesivo de alcohol, lo que, a su vez, reducirá la victimización sexual cuando las hijas estén en la universidad.
Los autores concluyen que este esfuerzo fue efectivo para reducir la incidencia de violencia sexual entre la población generalmente blanca de clase media que investigaron.
Por supuesto, este tipo de esfuerzos no hace nada para abordar a los hombres que violan y las agresiones sexuales que tienen lugar sin que las mujeres beban en exceso. Y todavía tengo preguntas sobre la metodología de análisis de ruta y la combinación de diferentes grupos.
Pero este estudio me hizo pensar en el papel de la familia y los padres en los esfuerzos de prevención.
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A continuación se incluye la cita completa y el enlace al resumen del artículo.
Prevención de la victimización sexual de mujeres universitarias a través de la intervención basada en los padres: un ensayo controlado aleatorio.
Testa M, Hoffman JH, Livingston JA, Turrisi R. Ciencia Preventiva 2010; ePublicado el 19 de febrero de 2010
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Se diseñó un ensayo controlado aleatorizado que utilizó una intervención basada en los padres (PBI, por sus siglas en inglés) para reducir la incidencia de victimización sexual relacionada con el alcohol entre los estudiantes universitarios de primer año. El PBI, adaptado de Turrisi et al. (2001), fue diseñado para aumentar la comunicación general y específica sobre el alcohol entre madre e hija. Las mujeres que se graduaban de la escuela secundaria y sus madres fueron reclutadas de la comunidad y asignadas al azar a una de cuatro condiciones: Alcohol PBI (n = 305), Alcohol mejorado + PBI sexual (n = 218), Control (n = 288) o Control no medido (n = 167). A las madres en las condiciones de intervención se les proporcionó un manual informativo y se les animó a discutir su contenido con sus hijas antes de matricularse en la universidad. De acuerdo con las hipótesis, PBI, ya sea estándar o mejorado, se asoció con una menor incidencia de violación incapacitada en el primer año de universidad en relación con los controles. El análisis de rutas reveló apoyo para un modelo hipotético de efectos indirectos, mediante el cual la intervención aumentó la comunicación madre-hija, lo que predijo una frecuencia más baja de episodios intensos de consumo de alcohol en el primer semestre, lo que resultó en tasas más bajas de victimización sexual relacionada con el alcohol en el primer año de universidad.