La semana pasada, Sandra Henríquez, Directora Ejecutiva de CALCASA, y yo tuvimos el honor de participar en el evento nacional Las Hermanas de Color Ponen Fin a la Agresión Sexual (SCESA) en Henderson, Nevada, junto con 70 defensoras de mujeres de color de todo el país y los territorios de EE. UU. Este instituto titulado "Reclamando nuestro movimiento" se centró en brindar más de 25 talleres intensivos y foros sobre prevención, intervención/defensa, bienestar y desarrollo profesional.
Tuvimos la oportunidad de compartir recursos de nuestras respectivas comunidades y agencias (como Green Dot, PreventConnect, Support for Survivors, caucus work, etc.) junto con nuestras historias personales y viajes en este movimiento para poner fin a la violencia sexual. Como mujeres de color, a menudo nos enfrentamos a muchos obstáculos y desafíos en este movimiento para servir a TODAS las comunidades (p. ej., comunidades de color, LGBTQ, nativas americanas, religiosas, rurales, personas con discapacidades, etc.) pero luchamos con recursos limitados para proporcionar estos servicios de una manera cultural y lingüísticamente apropiada. Especialmente ahora, con tales desafíos económicos, es aún más crítico para todos nosotros evaluar cómo podemos brindar acceso "equitativo" y de calidad a nuestros servicios para nuestras comunidades que sea inclusivo para todos.