cartel de Don Jonhace poco vi la pelicula Don Jon. Casi me rindo en los primeros 10 minutos. No quería ver al personaje principal ver porno. Y cosificar a las mujeres, y… Así que recurrí a mis amigos de Facebook: “Hasta ahora odio a Don Jon. ¿Debería seguir mirando?”

Sus respuestas: SI, si si si si si si si. Así que le di una oportunidad y descubrí que lo que decía Grant Stancliff era cierto:

Lo leí como una crítica al porno. El sexo es una narrativa en la pornografía: hay un cierto orden en el que suceden las cosas. Su vida sexual refleja esa narrativa, y nunca obtiene placer de ella. Su sexualidad está envuelta en ello. Las mujeres no son personas para él. Le cuesta mucho trabajo y vulnerabilidad ver a las mujeres como personas además de posibles parejas sexuales, y cuando lo hace, en realidad cura su propia disfunción sexual.
Creo que muchos tipos pueden identificarse. Nos enseñan a comerse con los ojos, nos enseñan a dominar, nos enseñan que el sexo está indisolublemente ligado al poder y que tenemos un cierto lugar en esa dinámica...

Tiene sentido, entonces, que el Coalición de Programas de Agresión Sexual de Washington, por cierto, donde Grant solía trabajar, lanzó recientemente una discusión sobre prevención y una guía de actividades para la película, Sexo, normas de género y pornografía: examinando la película Don Jon. La guía y la película cubren el sexo, las relaciones, la cosificación de las mujeres, los roles de género, la pornografía y la comunidad y la influencia social, con WCSAP poniéndolo todo en el contexto de la prevención de la violencia sexual.

Entonces, si usted, como yo, está considerando cambiarse a Extraño Thomas (no, de verdad, lo vi… opciones limitadas de transmisión de Netflix, ¿verdad?), te prometo que si le das una oportunidad, comenzarás a ver que no es lo que parece.