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Foto: Luxmart

Publicado recientemente en el New York Times, el artículo titulado “Presionar para poner fin a las violaciones en prisión pierde ímpetu anterior”, destaca la falta de deseo de los funcionarios estatales de cumplir con PREA y la incapacidad de los sobrevivientes de agresión sexual encarcelados para obtener un confinamiento alternativo en las prisiones. Estos problemas se ven agravados por la meta irrazonable de completar las 8,000 auditorías de seguridad sexual en establecimientos penitenciarios para 2016.
Destacando un ejemplo representativo de las deficiencias de todo el sistema, el autor escribe sobre una reclusa transgénero llamada Passion Star, que ha sido víctima de repetidas discriminación de género, agresión sexual y ataques de pandillas. Los funcionarios de prisiones de Texas han ignorado o negado repetidamente sus solicitudes de confinamiento alternativo. En todo el estado, el sistema penitenciario de Texas continúa ignorando la gran cantidad de denuncias de agresión sexual y se ha negado a adoptar los estándares PREA, que están diseñados para erradicar la violación en prisión en todas las poblaciones y proteger a las poblaciones vulnerables, incluidas las personas homosexuales y transgénero.
Las personas encarceladas cumplen condena por los delitos cometidos, pero la agresión sexual no es parte del castigo.
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Foto: Shayan

  Este es un momento crítico en el que los funcionarios deben reconocer que existe la violación en prisión y que existe un remedio potencial, es decir, PREA. El impulso se puede recuperar a través de esfuerzos continuos y colaboración interestatal e interinstitucional. Algunos estados están diseñando programas para ayudar a mantener los estándares de PREA a través de centros locales de crisis por violación, que brindan servicios y apoyo a personas encarceladas que han sido agredidas sexualmente. La Coalición de California contra la Agresión Sexual (CALCASA) se ha asociado con Just Detention International (JDI) con el objetivo compartido de crear un modelo sostenible de colaboración entre las instalaciones correccionales y los centros comunitarios locales de crisis por violación en California. Tanto CALCASA como JDI brindan capacitación técnica para funcionarios penitenciarios y defensores de crisis de violación para elevar la calidad y la accesibilidad de los servicios y el apoyo para sobrevivientes de agresión sexual encarcelados.

Se ha trabajado mucho. Queda mucho más trabajo. Sin embargo, no se pierde toda esperanza. El impulso puede mantenerse cuando creemos que nuestras metas son importantes y alcanzables. Comienza con defensores, funcionarios estatales y funcionarios de centros penitenciarios que se unen y reconocen que existe un problema sistémico que necesita urgentemente ser abordado, objetivos que deben establecerse, medidas tomadas y luego lograr un impulso.
“Una forma de mantener el impulso es tener metas cada vez más grandes” – Michael Korda
Varsha N., Doctor en Jurisprudencia
~CALCASA~