“El consentimiento es sexy”. Campañas como esta se pueden encontrar en muchos espacios centrados en la juventud. Este eslogan conciso tiene como objetivo reformular el estándar de consentimiento afirmativo en medio de la reacción violenta contra el Legislación “Sí significa sí”, una ley criticada por ser intrusiva y poner una carga contractual sobre las actividades íntimas. Un cambio del estándar anterior de "no significa no", la ley de consentimiento afirmativo estableció legalmente que no se puede asumir el consentimiento y que las personas deben optar por participar en la actividad sexual.
El consentimiento debe ser explícito e integral, no solo sexy. Pedir consentimiento nunca debe implicar coerción, pero el “desgaste” sigue siendo una experiencia común que los jóvenes informan sobre sus encuentros sexuales. En lugar de educar a los jóvenes sobre la comunicación, la empatía y la sexualidad saludable sin coerción, algunos programas educativos se centran únicamente en la legalidad del consentimiento. Para ser claros: todos debemos comprender los requisitos legales, pero también debemos educar a los jóvenes sobre mucho más que el cumplimiento legal. La perspectiva legal aisladamente no es la prevención primaria de la violencia sexual, ya que se pueden producir daños tremendos en situaciones en las que se coaccionó el consentimiento verbal y/o las personas se sintieron “agotadas”.
Consent debe ser más que sexy. La afirmación verbal es insuficiente, incluso si es adecuada para evitar problemas legales.
Este Artículo del New York Times, analiza las experiencias de los jóvenes y la necesidad de ampliar la conversación sobre el consentimiento.