Carta Abierta a Todos los que Luchan por Acabar con la Violencia Sexual

Estamos enojados.Estamos enojados. La sentencia del Tribunal Supremo de hoy dice que no hay derecho constitucional al aborto y, por extensión, a la atención sanitaria reproductiva. Algunos dicen que se trata del derecho a la vida. Pero quienes formamos parte del movimiento para acabar con la violencia sexual sabemos de qué se trata realmente: Se trata de una sociedad dominada por los hombres que ejerce el poder y el control sobre cualquiera que pueda dar a luz. Al hacerlo, se controla su libertad y movilidad económica, política y social. Endurece el poder estatal y económico entre unos pocos, y diezma nuestra capacidad de fomentar la libertad y la justicia para todos.

Nos afligimos hoy porque el Tribunal Supremo ha confirmado lo que quienes formamos parte de este movimiento sabíamos desde hace demasiado tiempo: Que algunas personas no tienen derecho a la autodeterminación ya la condición de persona. Nos afligimos hoy porque, con esta decisión, el Tribunal Supremo elude su responsabilidad de garantizar la igualdad de protección para todos. Nos afligimos por nuestros intercesores que trabajan para poner fin a la violencia sexual en estados hostiles a los derechos reproductivos: Nos mantenemos unidos porque esta lucha nos pertenece a todos.

Para ser claros, el derecho a la autonomía corporal ya la elección nunca ha sido un derecho universal, especialmente para los más afectados por las desigualdades sociales. Pero retraer el escaso acceso a los derechos de salud que tienen las personas en este país sólo alimentan el poder, el control y la dominación de otros. ¿Quién de nosotros cree que el ataque a los derechos básicos terminará con el derecho a elegir? Estamos en un punto de inflexión en Estados Unidos y el caso Roe contra Wade es sólo el primer paso de una afrenta calculada a nuestros derechos básicos universales para vivir libremente.

Hoy, estamos enojados. Nosotros, que hemos luchado durante más de cinco décadas como movimiento de derechos, sabemos cómo esto dificultará nuestro trabajo para acabar con la violencia sexual: enfado sólo se ve igualado por nuestro cansancio. A los centros y programas de crisis de violación, a las coaliciones, a los profesionales de la prevención de la violencia sexual, a los investigadores, a las enfermeras forenses, a los organizadores comunitarios, a los trabajadores del gobierno, a los profesores, a los mentores ya los sanadores, los Hoy estamos de luto. Pero mañana, continuaremos nuestra justa lucha.vemos. Veamos su cansancio. Vemos el trabajo que hacéis cada día en este movimiento en medio de los continuos ataques a vuestras comunidades.

Hoy estamos de luto. Pero mañana, continuaremos nuestra justa lucha. La sentencia del Tribunal Supremo de hoy deja claro que depende de nosotros: Definimos “nosotros, el pueblo”, y determinamos que estamos unidos bajo el principio de los derechos para todos. Nos movilizaremos para que se apruebe la Ley de Protección de la Salud de la Mujer. Nos pondremos en contacto con quienes trabajan para acabar con la violencia sexual en los estados que más se verán afectados por esta sentencia. Seguiremos construyendo la solidaridad entre los movimientos para avanzar en la equidad.