Los autores del artículo recientemente publicado “Acoso sexual, autoridad en el lugar de trabajo y la paradoja del poder” (disponible en la revista Americana Sociological Review) explora cómo el acoso sexual como herramienta se utiliza contra las mujeres en el poder. Además, los autores analizaron "por qué y cómo la autoridad supervisora, la inconformidad de género y las proporciones de sexo en el lugar de trabajo afectan el acoso". La Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos define el acoso sexual como "'insinuaciones sexuales no deseadas, solicitudes de favores sexuales y otras conductas verbales o físicas de naturaleza sexual' que interfieren con el empleo o el desempeño laboral de una persona o crean un 'ambiente hostil'". o ambiente de trabajo ofensivo' (US EEOC 2011)” (McLaughlin et al 2012). Los autores probaron tres hipótesis:

Hipótesis 1: Las mujeres que ocupan puestos de autoridad en el lugar de trabajo (es decir, las mujeres que supervisan a otros) tienen más probabilidades de sufrir acoso sexual que las mujeres que no ocupan dichos puestos.
Hipótesis 2: La no conformidad de género (es decir, un comportamiento más femenino para los hombres y un comportamiento menos femenino para los hombres y un comportamiento menos femenino para las mujeres) está asociado con un mayor riesgo de acoso sexual.
Hipótesis 3: El acoso sexual será mayor en industrias y ocupaciones caracterizadas por una mayor proporción de trabajadores varones. (McLaughlin et al 2012)

Los encuestados (tanto hombres como mujeres) informaron que su posición como figura de autoridad, su orientación sexual o expresiones de género y el género dominante de su ocupación fueron factores influyentes en su experiencia de acoso. El estudio encontró que el rango organizacional no era un predictor tan fuerte como se pensaba, y que "el poder relativo de los compañeros de trabajo también está determinado por el género" (McLaughlin et al 2012).
¿Qué significa esto para los prevencionistas? Esta información puede cambiar a quién dirigimos nuestra programación de prevención y cómo enmarcamos nuestro mensaje. Esto también puede significar que, mientras discutimos el poder y el control en el lugar de trabajo, debemos proporcionar una programación transformadora de género.
¿Cómo impacta esta investigación en su trabajo?
Acoso sexual, autoridad en el lugar de trabajo y la paradoja del poder
Heather McLaughlin, Christopher Uggen y Amy Blackstone, American Sociological Review 77(4) 625–647
Resumen
El poder está en el centro de las teorías feministas sobre el acoso sexual, aunque rara vez se ha medido directamente en términos de autoridad en el lugar de trabajo. Las caracterizaciones populares retratan a supervisores masculinos acosando a sus subordinadas, pero las teorías de amenazas de poder sugieren que las mujeres con autoridad pueden ser objetivos más frecuentes. Este artículo analiza datos de encuestas longitudinales y entrevistas cualitativas del Estudio de Desarrollo Juvenil para probar esta idea y delinear por qué y cómo la autoridad supervisora, la inconformidad de género y las proporciones de sexo en el lugar de trabajo afectan el acoso. En relación con las personas que no son supervisoras, es más probable que las supervisoras denuncien conductas de acoso y definan sus experiencias como acoso sexual. El acoso sexual puede servir para igualar a las mujeres en el poder, motivado más por el control y la dominación que por el deseo sexual. Las entrevistas apuntan al aislamiento social como un mecanismo que vincula el acoso con la inconformidad de género y la autoridad de las mujeres, particularmente en entornos laborales dominados por hombres.
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Foto cortesía de Peter Clark, disponible en: http://www.flickr.com/photos/hejog/2223646667/